El responsable de Fondos Mixtos de Santalucía Asset Management, Ignacio Martín Ocaña, argumenta el porqué es el momento de invertir en renta variable europea.
La respuesta a si es el momento de invertir en renta variable europea sería afirmativa, tanto en términos absolutos, donde vemos factible el inicio de un nuevo ciclo de recuperación económico global, sincronizado y sostenido, como en términos relativos, donde pensamos que la recuperación tendrá una mayor repercusión en aquellas áreas geográficas que más han sufrido la reciente crisis del Covid-19 (Europa).
Dicho escenario económico (optimista para la economía europea) es el más consensuado entre los analistas y estrategas de mercado para el año 2021 y está apoyado en la reapertura de las economías a consecuencia de la vacuna contra el Covid-19 y la previsible inmunidad de la población.
Impacto de la pandemia en Europa
La reciente crisis se ha cebado con mayor intensidad en Europa, tanto económicamente como desde un punto de vista del comportamiento de los activos de riesgo, no tanto por el número de casos detectados (incluso inferior al de otros países como EEUU o Reino Unido), sino por las estrictas medidas de confinamiento llevadas a cabo y su consecuente repercusión sobre la economía.
No obstante, esta situación de crisis no ha hecho más que acrecentarse dentro de una tendencia muy marcada que viene arrastrándose desde la crisis anterior de 2008.
Rentabilidad de la renta variable europea
En términos de rentabilidad de los principales índices de referencia, la Bolsa europea (medida a través del índice Stoxx Europe 600 Net Return) se ha revalorizado un 190% desde 2008, lo que supone una rentabilidad anualizada del 9%; mientras que la Bolsa americana (medida a través del índice S&P500 Total Return) se ha revalorizado en un 450%, lo que implica una rentabilidad anualizada del 15%.
Solo en 2020, la diferencia entre ambos ha sido favorable en un 20% a EEUU (-2% Stoxx Europe 600 vs +18% S&P500), lo que supone un reflejo de la extrema situación alcanzada.
En general, creemos que esta situación ha sido consecuencia de diversos factores, entre ellos:
- El contexto económico general de crecimiento anémico (al menos por debajo de su media histórica) y apoyado única y exclusivamente en estímulos monetarios.
- Las diferentes velocidades de crecimiento de la economía europea y americana en los últimos años tras la crisis del año 2008.
- La crisis de confianza en Europa a consecuencia de la fuerte discrepancia entre el sólido crecimiento de los países del norte y la excesiva dependencia de estímulos de los países periféricos.
- La diferente composición de los índices representativos de la renta variable en Europa (con un mayor sesgo hacia sectores cíclicos e industriales), frente a EEUU (con un mayor sesgo hacia sectores tecnológicos), siendo ello una consecuencia de la diferente composición de ambas economías y habiéndose beneficiado EEUU de una próspera etapa de digitalización de la economía a nivel global.
‘Los felices años 20’
Con todo ello, tal y como hemos anticipado, parece que el nuevo contexto económico al que nos enfrentamos (algunos piensan que podría ser incluso similar al vivido en los «felices años 20”) es mucho más proclive a beneficiar económicamente a Europa frente a EEUU y, especialmente, en aquellos sectores que se han visto más castigados en los últimos años y que mejor aprovecharán la recuperación (rotación sectorial hacia sectores cíclicos frente a defensivos) y en aquellos estilos de gestión que hasta ahora se habían visto más penalizados (value vs growth).
Ello debería traducirse en un cambio de tendencia de comportamiento de la renta variable europea frente a americana, cuyo punto de inflexión parece que se inició con el anuncio en noviembre de la primera vacuna contra el Covid-19.
El mayor riesgo de ello no deja de ser que se produzcan nuevos “accidentes” por el camino y valoraciones bursátiles que, en muchos casos, rozan la perfección.