Cuando se invierte en un fondo de inversión mixto, lo que se hace es delegar la inversión del cliente en un equipo profesional que invierte sus ahorros en distintos activos financieros, como pueden ser acciones de renta variable, bonos gubernamentales, renta fija corporativa, etcétera.
Una vez que el dinero llega a la gestora, ese dinero se reparte entre una cartera de activos que el equipo de inversiones ha diseñado específicamente para para ese producto, teniendo en cuenta su perfil de riesgo.
Por lo tanto, desde el primer momento en que el cliente invierte, sus ahorros comienzan a trabajar. Esto es un clave para un inversor retail, ya que es un equipo profesional el que se ocupa de tener controladas sus inversiones en todo momento.