Muchas veces, nos parece que la inflación es solo ‘cosa de las noticias’. Craso error. Todo ciudadano debe tener en cuenta este indicador a la hora de invertir. Su efecto tiene consecuencias, no solo sobre nuestro poder adquisitivo en el día a día, sino en nuestros ahorros a medio y largo plazo. En esta entrada vamos a explicar el impacto de este indicador en el ahorro y cómo invertir con inflación.
La inflación mide mensualmente la subida continuada y generalizada de los precios de bienes y servicios de un país durante un año. Para medirla se utiliza el Índice de Precios al Consumo (IPC), que refleja el crecimiento porcentual de los bienes de primera necesidad que componen la cesta de la compra y de los servicios más demandados.
La fórmula matemática aplicada da un porcentaje en función de la oferta y la demanda y refleja si la vida se encarece o abarata, si se tiene más o menos poder adquisitivo. El paso del tiempo hace que las cosas pierdan valor, todo se va encareciendo y si no actuamos y solo nos dedicamos a acumular nuestro ahorro en productos ineficientes, acabamos perdiendo poder adquisitivo.
Por tanto, el efecto de la inflación sobre nuestros ahorros provoca que el dinero valga menos con el paso del tiempo. Como ejemplo, podemos pensar en lo que valía una entrada de cine o el pan hace décadas.
El impacto de la inflación sobre el ahorro
Aterrizamos la teoría a la práctica. ¿Cuánto valen hoy 10.000 euros ahorrados hace 30 años? Usemos la calculadora de actualización de rentas con el IPC general del INE. El resultado a cierre de 2023 supone que esa cantidad equivale a 20.850 euros por el impacto de la inflación (tasa de variación del 108,5%).
Lo que nos dice este ejemplo es que el coste de la vida se ha duplicado en este periodo y hoy necesitamos el doble que hace tres décadas. Es decir, lo que en 1993 comprábamos por 10.000 euros, hoy necesitamos 20.850 euros. Dicho de otro modo, si ese dinero lo hubiésemos inmovilizado guardándolo en una cuenta corriente bancaria, habríamos perdido el 52% del poder adquisitivo de nuestros ahorros.
Por eso se habla del monstruo de la inflación o que la inflación es el mayor enemigo del ahorro. Para combatirla hay que invertir ese dinero con un objetivo mínimo: batir a la inflación.
La inversión, el método para combatir la inflación
A la hora de invertir con inflación debemos tener presente que el IPC se descuenta de la rentabilidad del producto, por lo que hay que invertir atendiendo a los niveles de inflación con un horizonte temporal amplio. ¿Por qué? Porque si comenzamos a ahorrar en un periodo de baja inflación, y partimos de esa tasa, el efecto que calculemos no será el real.
Este indicador sube y baja. La inflación media en el largo plazo tiene un efecto mayor sobre nuestros ahorros que el estimado inicialmente. Lo más recomendable es hacer el cálculo descontando una inflación media anual del 2%, que es el objetivo que se marca el Banco Central Europeo (BCE).
Invertir con inflación: renta variable
Atendiendo a esto, a la hora de invertir con inflación hay que seleccionar fondos de inversión que generen una rentabilidad capaz de superarla en el periodo en el que estamos invertidos.
Por ello, es necesario salir la zona de confort y ahorrar en productos que no son los que tradicionalmente hemos utilizado para tal fin, como son los depósitos bancarios, cuya rentabilidad es baja. Y, hoy por hoy, el activo capaz de conseguirlo a largo plazo es la renta variable gracias al efecto del interés compuesto. Esto significa que, en un fondo de inversión de renta variable, los intereses generados se van acumulando anualmente en el capital inicial invertido. Al capitalizarlos, va aumentando de forma exponencial la inversión a largo plazo, lo que ayudará a batir el impacto de la inflación.
Por ejemplo, si invertimos al año 1.200 euros en un fondo de inversión con una rentabilidad media del 10% anual, significa que al final del periodo habremos ganado 120 euros, que se suman al principal, acumulando 1.320 euros. Esto significa que, al año siguiente, la rentabilidad se aplica sobre esta última cantidad, es decir, habremos ganado 132 euros, alcanzando un total de 1.452 euros, y así sucesivamente.
“La mejor forma de ahorrar es tener en la cuenta corriente lo necesario para vivir y el resto ahorrarlo teniendo una visión a largo plazo. Hay que invertir en activos con peso en renta variable para poder beneficiarnos de su excelente comportamiento ya que en realidad es el único activo capaz de batir recurrentemente a la inflación. Tiene riesgos, pero si miramos con perspectiva, estadísticamente la probabilidad de obtener rendimientos positivos en renta variable aumenta conforme más tiempo estamos invertidos en ella”, afirma Raúl Cuesta, responsable Comercial de Santalucía AM.
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