¿Quieres empezar a invertir? Te damos diez consejos sobre cómo deberías comenzar en el mundo de la inversión y las finanzas.
El mundo de la inversión es muy amplio y complejo para cualquier inversor novel. La falta de conocimientos hace que se comentan errores que se podrían haber evitado con información y buen asesoramiento.
Recuerda que cualquier inversión implica riesgos. Así que, para ayudarte en tus inicios hemos realizado una lista de 10 recomendaciones que tienes que tener en cuenta a la hora de empezar a invertir.
1. Objetivo de inversión
En primer lugar, antes de comenzar el proceso de invertir, tienes que preguntarte para qué quieres invertir, cuál es tu meta, tu objetivo. De esta forma se podrá hacer una planificación financiera acorde con esas metas para alcanzar el nivel de ahorro que desees.
2. Horizonte temporal
El horizonte temporal es el periodo de tiempo que el capital va a estar invertido para lograr nuestra meta. Este tiempo determinará el activo donde invertiremos nuestro dinero. Por ejemplo, si nuestro objetivo es tener un buen colchón durante la jubilación y nos quedan muchos años por delante, podremos invertir en renta variable, que es el activo que con el paso del tiempo tiene más potencial de revalorización a largo plazo. Por el contrario, si la meta son los estudios de los hijos en un plazo inferior a cinco años, tendremos que ser más cautos e incorporar además activos de renta fija, menos arriesgados, pero con una expectativa de rentabilidad inferior. Una máxima que debemos aprender es que cuanto más tiempo dispongamos para alcanzar nuestro objetivo de inversión, mayor será el potencial de revalorización, porque el tiempo es el gran aliado del ahorro invertido. Es importante no confundir el horizonte de inversión con la liquidez, por general, salvo alguna excepción todos los fondos de inversión tienen liquidez diaria.
3. Perfil de riesgo
Además del objetivo y el horizonte temporal, otro elemento que determina el activo donde invertir es la tolerancia al riesgo. Por ley, todo inversor debe cumplimentar el test de idoneidad o test de conveniencia que establecerá el perfil de riesgo. La gestora con la que operes te lo proporcionará. Como regla general, cuanto mayor riesgo se asuma, mayor será la posibilidad de obtener elevados retornos, es decir, a mayor riesgo, mayor rentabilidad.
4. Hábito de ahorro o ahorro periódico
Convierte la inversión en un recibo más al mes, como si fuera una factura de la luz o del teléfono, y habitúate a ahorrar (e invertir) de forma periódica con visión a largo plazo. No importa la cantidad, nuestros fondos no tienen mínimo de inversión, sino la periodicidad, ser constante en las aportaciones. De esta forma será más fácil invertir sin que suponga un gran sacrificio económico. Por otra parte, podrás aprovechar mejor las fluctuaciones del mercado eliminando el riesgo de entrar en un momento poco favorable, y nos garantiza que el precio medio de nuestras compras nunca será ni el más favorable ni el más desfavorable.
5. Diversificar
Cuando invertimos hay que minimizar los riesgos, y ello se consigue no poniendo todos los huevos en la misma cesta, es decir, no tener toda nuestra exposición inversora en una misma carta. Invirtiendo en diferentes activos, geografías y sectores, el riesgo inherente a uno de ellos no nos afecte de sobremanera. El fondo de inversión es el producto financiero idóneo para diversificar, ya que invierte en más de una veintena de compañías.
6. Batir la inflación
Por otro lado, cuando invertimos debemos tener en cuenta la inflación, es decir, el indicador que mide la subida generalizada de los precios de los productos de la cesta de la compra. Con el paso del tiempo, la inflación hace que los activos pierdan valor. Por ello, el efecto que provoca sobre el ahorro no invertido es negativo. El modo para batir la inflación es invertir en productos capaces de superar a este indicador. En la actualidad, el único activo capaz de superarla de forma recurrente es la renta variable.
7. Paciencia
Roma no se construyó en un día, y lo mismo ocurre con nuestros ahorros. Es muy importante tener paciencia porque las ganancias no llegan de la noche a la mañana. Tenemos que acostumbrarnos a los habituales vaivenes de los mercados bursátiles, a la volatilidad del corto plazo, que es la que nos permitirá encontrar buenos momentos para invertir a largo plazo. Recuerda, el tiempo es el gran aliado de las inversiones.
8. Control de las emociones
Al ser inversores primerizos es muy habitual caer en la euforia y en el pánico. Euforia ante subidas continuadas que nos hacen comprar caro; pánico ante un desplome que nos hace vender sin cabeza. Es necesario tener un control de nuestras emociones y no dejarnos llevar por ellas. Nuevamente, debemos ser conscientes de las fluctuaciones del mercado y confiar en las recomendaciones de nuestros gestores y asesores financieros que son los que conocen mejor el mundo financiero.
9. Ignorar las modas y no invertir en lo que no se entiende
No debemos hacer caso de “recomendaciones” del cuñado, ni fiarnos del efecto manada siguiendo modas inversoras, y aunque parezca obvio, no invertir en aquello que no entendamos.
10. Asesorarte de la mano de profesionales
Es muy importante rodearte de personas cualificadas para que estas te asesoren sobre tus inversiones. Ponerte en manos de gestores y asesores financieros que te guíen y aconsejen a la hora de hacer de poner a trabajar tu dinero. Debemos confiar en ellos porque conocen el mercado y nos ayudarán a alcanzar nuestros objetivos de inversión.