La duración es una herramienta clave que nos ayuda a entender cómo pueden afectar al precio de los bonos los cambios en las tasas de interés y cómo gestionar el riesgo asociado a estas fluctuaciones. A continuación, explicaremos qué es la duración, qué factores le afectan y por qué es tan importante en la gestión de inversiones en renta fija.
¿Qué es la duración en renta fija?
La duración mide la sensibilidad de un bono a los cambios en las tasas de interés. En otras palabras, nos indica cuánto se moverá el precio de un bono si las tasas de interés cambian en 1%.
- Duración larga: el bono será más sensible a los cambios en las tasas y su precio variará más.
- Duración corta: el bono será menos sensible a esos cambios y su precio se mantendrá más estable.
Diferencia entre duración y vencimiento
Es importante no confundir la duración con el vencimiento del bono. Esto último es el momento en el que el emisor del bono devolverá el dinero invertido (el capital). En cambio, la duración en renta fija tiene en cuenta todos los flujos de efectivo, es decir, todos los pagos que se reciben durante la vida del bono (cupones), ponderados por el tiempo que falta para recibirlos.
Factores que afectan a la duración en renta fija
Plazo de vencimiento: cuanto mayor sea el plazo, mayor será la duración, ya que los flujos de efectivo se distribuirán a lo largo de un período más largo.
Tasa de cupón: los bonos con tasas de cupón más altas tienen duraciones más bajas porque generan flujos de efectivo mayores en el corto plazo.
Tipo de interés de mercado: los tipos de interés establecidos por los bancos centrales tienen un impacto significativo en el precio y la duración de los instrumentos de renta fija, como vamos a ver.
¿Cómo afectan los tipos de interés a la renta fija?
- Cuando los tipos suben, los precios de los bonos bajan y la duración disminuye, ya que los pagos futuros valen menos y los flujos de efectivo más cercanos en el tiempo tienen mayor peso.
- Cuando los tipos bajan, los precios de los bonos suben y la duración aumenta, ya que los pagos futuros valen más y los flujos de efectivo a largo plazo adquieren más peso.
¿Qué hace que suban o bajen los tipos de interés?
El principal cometido de los bancos centrales es conseguir la estabilidad de precios, manteniendo la inflación controlada en niveles bajos y estables (por norma general, entre el 2% y 3%).
Para ello:
- Si los precios están altos, endurecen las políticas monetarias subiendo los tipos de interés para reducir el crédito y fomentar el ahorro. Al elevar los tipos, los préstamos (hipotecarios, al consumo) se encarecen, lo que disminuye su demanda y, por tanto, reduce el gasto que conlleva finalmente una bajada de precios.
- Por el contrario, si los precios están muy bajos y lo que se desea es generar crecimiento económico, las autoridades monetarias bajarán los tipos de interés para abaratar los préstamos incentivando el gasto.
Además de la inflación, otros factores que influyen en las decisiones de los bancos centrales están:
- Crecimiento del PIB: el banco central busca un equilibrio entre crecimiento económico y estabilidad de precios. Para reactivar la economía o evitar una recesión, como hemos visto, bajan los tipos; en cambio, para enfriarla, los suben.
- Mercado laboral: el empleo es un componente crucial, especialmente en bancos centrales que tienen un doble mandato, como es la Reserva Federal (Fed) de Estados unidos, que prioriza tanto la estabilidad de precios como el máximo empleo. De este modo, si el desempleo es bajo, pero se aceleran los salarios, puede indicar presiones inflacionarias, lo que justificaría una subida de tipos. Un paro elevado generalmente impulsa recortes en los tipos para reactivar la actividad económica.
- Condiciones financieras globales: eventos internacionales, como crisis financieras o movimientos en tipos de interés de otras economías, también pueden afectar las decisiones. Por ejemplo, si la Fed sube sus tasas, otras economías pueden verse obligadas a seguir el mismo camino para evitar el encarecimiento de sus exportaciones o presiones sobre sus monedas.
Por qué es importante la duración en renta fija
Los gestores utilizan la duración en renta fija para ajustar sus carteras de renta fija en previsión/respuesta a las expectativas sobre los movimientos en las políticas monetarias de los bancos centrales:
- Si se espera un aumento de tipos, los gestores pueden reducir la duración para minimizar las pérdidas.
- Si se espera una bajada de tipos, los gestores pueden aumentar la duración para maximizar ganancias.
Conocer la duración en renta fija también ayuda a los gestores a diseñar estrategias de cobertura para neutralizar los riesgos asociados con los movimientos de las tasas de interés.
Por tanto, la duración en renta fija es una métrica fundamental para entender cómo los cambios en las tasas de interés afectan el valor de los bonos. Nos ayuda a ajustar nuestras carteras de renta fija según las expectativas sobre los movimientos de las tasas de interés, gestionando así el riesgo de tipo de interés.
- Duración larga: mayor riesgo ante cambios en las tasas.
- Duración corta: menor riesgo ante cambios en las tasas.
Gestionar correctamente la duración puede marcar la diferencia en la rentabilidad de una cartera de bonos