La bajada de tipos de interés ha ido reduciendo el atractivo de los fondos garantizados y el ahorro invertido en este producto no llega ni al 4% del total de inversores en nuestro país. ¿Qué otras alternativas de inversión hay? En Santalucía AM disponemos de una gama muy flexible, que se adapta de forma constante al perfil de riesgo del ahorrador.
En la última década, el número de ahorradores en fondos de inversión garantizados ha ido descendiendo de forma progresiva, y han pasado de representar más del 40% sobre el total de activos bajo gestión, a un 4% en la actualidad, según datos de Inverco, la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva en Fondos de Inversión y Fondos de Pensiones.
A partir de la crisis financiera de 2008, el atractivo de los fondos garantizados ha disminuido paulatinamente, ya que la mayoría de estos fondos invierten en activos de renta fija, cuya rentabilidad depende del nivel de los tipos de interés. Estos se han reducido desde entonces, situándose en mínimos históricos (niveles del 0%), con el objetivo de ayudar a los países en su recuperación económica. Unos niveles que, con la crisis provocada por la pandemia, todavía se mantienen.
¿Qué son los fondos garantizados?
Como su propio nombre indica, este vehículo garantiza el capital invertido, así como una rentabilidad media mínima prefijada para un determinado tiempo y en función de unas circunstancias también previamente establecidas.
La mayoría de los fondos garantizados invierte en activos bonos o emisiones de renta fija, por lo que los rendimientos ofrecidos dependen de los tipos de interés. En el caso de los de renta variable, el retorno suele ser un porcentaje sobre la revalorización de algún índice referenciado.
Son instrumentos con vencimientos fijados, por lo que el partícipe no puede vender sus participaciones hasta que venza, en caso contrario, los importes y rentabilidades no se garantizan, además de tener en algunas ocasiones comisiones de salida antes de vencimiento.
Años atrás, cuando los tipos de interés estaban en otros niveles, resultaba un producto de inversión atractivo para los inversores conservadores, pues garantizaban el capital invertido a cambio de una rentabilidad que en algunos casos era mayor que un depósito bancario u otros instrumentos conservadores. Además, contaban con el aliciente del diferimiento fiscal de las plusvalías obtenidas del que gozan los fondos de inversión.
Evolución del perfil de riesgo de los ahorradores
¿Y dónde se está canalizando este ahorro conservador?
El VII Barómetro del Ahorro publicado por el Observatorio Inverco demuestra que el inversor se ha dado cuenta de que, en el actual entorno de bajo tipos, para obtener mayor rentabilidad, debe asumir algo de más riesgo.
Así, por primera vez desde 2009 el porcentaje de ahorradores conservadores (aquellos que esperan rentabilidades en línea con la inflación, pero no están dispuestos a asumir pérdidas) baja del 50%. Por su parte, los inversores moderados (buscan buenas rentabilidades y son capaces de soportar pérdidas controladas) aumentan diez puntos desde 2015, hasta el 43%, y los más arriesgados (dinámicos, que buscan rendimientos altos y son conscientes de que pueden tener pérdidas importantes momentáneamente) suben ligeramente, del 6% al 8% en los dos últimos años.
“Desde 2013 se mantiene la tendencia de caída en el porcentaje de ahorradores que considera que tiene un perfil conservador, lo que implica de forma implícita que ha crecido el interés por conocer cómo funcionan los productos financieros, gracias a una mejora general de los niveles de cultura y educación financiera en nuestro país”, señala el director del Observatorio Inverco, Ángel Martínez-Aldama.
Asimismo, otro dato interesante que corrobora el desinterés en los fondos garantizados es el incremento del ahorro invertido a largo plazo (más de tres años) que crece de forma significativa en los dos últimos años, del 35% al 49%, según el citado estudio.
Alternativas a los fondos garantizados
De este modo, los ahorradores buscan alternativas para rentabilizar su patrimonio. En la actualidad, el ahorrador tiene a su alcance otros vehículos que se adaptan perfectamente a su perfil de riesgo en cada momento. En Santalucía AM tenemos la Gama Selección, son fondos perfilados cuya virtud es la flexibilidad, pues se van amoldando de forma constante a la tolerancia al riesgo del inversor. Asimismo, son fondos multiestrategia, donde la diferencia está en el peso de la renta variable, es decir, en la asunción de mayor o menor riesgo por parte del inversor. Nuestro equipo gestor es el encargado de decidir la combinación más adecuada entre renta variable y renta fija basándose en las expectativas de los mercados financieros.
Santalucía Selección Patrimonio
Este es un fondo de inversión de renta fija mixta que invierte como máximo un 15% en renta variable global. Este fondo de Selección Patrimonio invierte en una cartera de acciones y bonos, diversificada por geografías, estilos y sectores. Es interesante para aquellos inversores con un horizonte de inversión de al menos dos años. Su nivel de riesgo definido (SRRI) se encuentra en la categoría 3 sobre 7, siendo 1 el nivel más bajo.
Santalucía Selección Moderado
Santalucía Selección Moderado también es un fondo de inversión de renta fija mixta, pero eleva hasta un máximo del 30% el peso de la renta variable, siendo recomendado para aquellos inversores que tengan un horizonte temporal de al menos 3 años. El nivel de riesgo definido de Santalucía Selección Moderado es de nivel 4 sobre 7.
Santalucía Selección Equilibrado
Subiendo la categoría de perfil de riesgo, Santalucía Selección Equilibrado es un fondo que invierte como máximo un 50% en renta variable y está dirigido a inversores con un horizonte temporal de al menos cuatro años. Su categoría de riesgo definido es de nivel 5 sobre 7.
Santalucía Selección Decidido
Por último, nos encontramos con el fondo con mayor nivel de riesgo de esta Gama Selección, Santalucía Selección Decidido, que invierte como máximo un 75% en renta variable. Está destinado a aquellos perfiles con un horizonte temporal de inversión de al menos 5 años, siendo su nivel de riesgo definido de categoría 6 sobre 7.