Te explicamos por qué la volatilidad incomoda al inversor a corto plazo, pero supone una oportunidad a largo plazo.
Qué es la volatilidad
La volatilidad mide la variación de los precios o la rentabilidad de un activo respecto a su media en un determinado periodo de tiempo. En otras palabras, refleja el movimiento rápido al alza y a la baja que se produce en un activo en un momento dado.
¿Qué determina que un activo tenga un alta o baja volatilidad?
La respuesta a la pregunta es el rango medio de sus movimientos y lo rápido que se producen estas subidas y bajadas. Eso es lo que marca que una acción tenga alta o baja volatilidad.
Estas correcciones el mercado se suelen producir en un momento de incertidumbre como el que actualmente estamos viviendo tras el impacto de la pandemia del Covid-19 sobre los mercados bursátiles. Las dudas sobre su evolución, sobre cuándo dispondremos de una vacuna o sobre la verdadera profundidad de la crisis económica. Todo ello genera inseguridad que se refleja en esos constantes vaivenes que sufren las acciones de las compañías cotizadas.
La volatilidad y las oportunidades de inversión
Hemos vivido unos meses de incertidumbre hasta que la euforia ante la cercanía de una vacuna ha disparado las Bolsas. Es en estos momentos cuando los gestores encontramos acciones de compañías de calidad cuyo precio de cotización está barato y, por lo tanto, tienen un recorrido al alza hasta alcanzar su verdadero valor intrínseco. “La incertidumbre es el amigo fiel del que compra acciones a largo plazo”, dice el inversor Warren Buffett.
Análisis fundamental
Cuando analizamos potenciales compañías para incorporarlas en las carteras de nuestros fondos de inversión, hacemos un análisis minucioso de las mismas a través del análisis fundamental para identificar esas compañías de calidad. Buscamos empresas con proyección de crecimiento a largo plazo, capacidad de generar caja y nulo o bajo nivel de endeudamiento. Asimismo, les pedimos que tengan ventajas competitivas frente a su sector y un equipo gestor alineado con los intereses de sus accionistas.
A partir de aquí, calculamos un valor, un precio al que consideramos que debería llegar y esperamos un momento en el que por factores externos o internos sitúen la cotización lejos de ese valor estimado. Compramos, y con paciencia dejamos que el tiempo y el mercado reconozca su verdadero valor. Cuando se aproxima a él, desinvertimos para buscar nuevas oportunidades de inversión con las que obtengamos nuevos retornos a largo plazo.
Recomendaciones para invertir en entornos volátiles
De este modo, desde Santalucía Asset Management las principales recomendaciones que realizamos para invertir en entornos volátiles son:
- Tener un horizonte temporal a largo plazo, pues el tiempo es el mejor aliado de las inversiones, el que permitirá recuperarse de las caídas del corto plazo.
- Diversificar las inversiones y no poner todos los huevos en la misma cesta.
- Controlar las emociones y tener paciencia.
Aunque en los últimos días hemos vivido rebotes de las Bolsas ante la posible cercanía de una vacuna, conviene recordar que podremos ver repuntes en los niveles de volatilidad. Todavía vivimos bajo una combinación de factores de riesgo: la evolución de la pandemia, la llegada y efectividad de las vacunas, la crisis económica resultante y la incertidumbre en torno a las medidas de estímulo de gobiernos y la Unión Europea.
Esta mayor volatilidad puede estar con nosotros durante algún tiempo, no obstante debemos entender que la volatilidad es un compañero de viaje necesario si queremos que nuestras inversiones generen resultados atractivos en el largo plazo. Lo más idóneo es buscar asesoramiento por los profesionales de la inversión. Puedes conocer las estrategias de inversión del equipo de gestores de Santalucía Asset Management en nuestro blog.